jueves, 29 de marzo de 2012

El Gobierno de Rajoy ya tiene su primera huelga general

El Gobierno de Rajoy ya tiene en su haber su primera huelga general. Es un paro contra la reforma laboral de gran calado ideada por De Guindos, Montoro, Báñez…

Parece que todo presidente del Gobierno tiene que contar en su hoja de servicio con una huelga general. Todos los ex presidentes la han tenido. Bien es verdad que unos con más repercusión y seguimiento que otros. A Felipe González le convocaron un huelgón. Eran los años de Nicolás Redondo al frente de la UGT y de su histórica ruptura con el partido hermano. Aznar también tuvo la suya y a Zapatero le montaron una huelguita particular, en la que unos y otros, sindicatos y Gobierno, se cuidaron mucho para no hacerse daño y tuvieron una calculada política de no agresión.

En la huelga general de hoy, la convocada contra la reforma laboral de Rajoy “and company”, está por ver el alcance que ha tenido y los efectos que tendrá en el corto y en el medio plazo. Y está por ver también qué van a hacer a partir de ahora los sindicatos y el Gobierno. Toca mover ficha. Y en esta partida de ajedrez parece que no valen las tablas.  

Días de pasión previos a la semana de pasión

Hoy hay huelga general y mañana, resaca del paro, se conocerá la letra gorda y la pequeña de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Viernes de Dolores para más señas. La Semana Santa servirá en cierto modo de alivio y de evasión ante tanto anuncio de recorte y de poda de derechos, ante tanta incertidumbre y ante tanta falta de soluciones. Días de pasión a la espera de la semana que denominan de pasión. ¿Pasión en su acepción de padecimiento o sufrimiento?

miércoles, 28 de marzo de 2012

Hora de la política, no del politiqueo

Es la hora de la política, no del politiqueo. Es tiempo de que los partidos tengan altura de miras y, a la vez, los pies en el suelo. No hay motivos para tirar cohetes. Ya lo creo que no. Como veo que las formaciones políticas siguen sin hacer la autocrítica que sería saludable, caminan estos días algunas como pollo sin cabeza, otras  desorientadas y algunas otras con el paso cambiado. Es hora de que reflexionen y hagan examen de conciencia. Que tengan claro que los éxitos y los fracasos no se deben a un único motivo, sino que se deben siempre a muchos factores y es bueno que los enumeren e intenten ponerles solución. Es bueno también que se miren frente a un espejo y que no se engañen, primero ellos mismos, y luego que no intenten engañar a los demás, porque así se engañan doblemente.

Todos los partidos políticos tienen por delante muchos deberes pendientes. Y es hora de que se pongan manos a la obra para hacerlos. Los resultados están ahí, y creo que en su fuero interno los ideólogos y cualquiera con dos dedos de frente sabe interpretar los resultados electorales. Por eso deben de atender el dictamen de las urnas. No valen parches, porque si no tropezarán con la misma piedra. Es el tiempo de la gobernabilidad, de la humildad, de la responsabilidad, de la política con mayúsculas, no del politiqueo. Es hora de escuchar, de pisar la calle, de dejar la sordera política…

Si los sindicatos no convocan una huelga general ahora ¿cuándo entonces?

No voy en este “post” ni a criticar ni a aplaudir la labor realizada por UGT y CC OO en este periodo de la crisis económica. Tiempo habrá para analizar en profundidad su papel en la defensa de los trabajadores o si se han puesto de canto. Ahora bien, lo que no tengo ninguna duda es que si ahora no convocan la huelga general, prevista para mañana, cuándo la van a convocar, después de haberse aprobado una reforma laboral que más parece la reforma del despido que la reforma de la contratación. No tenían otro camino.

Hechos y opiniones

Me gusta poco algunas cosas de las que veo o leo estos días tras los diferentes análisis electorales. Está bien y es muy legítimo que cada cual exprese su opinión como le venga en gana, faltaría más. No seré yo quién cuestione lo que cada cual diga o escriba. Simplemente sugiero que sea desde el respeto a las más elementales normas de convivencia y a las reglas del juego con las que nos hemos dotado, que son las que son, para bien o para mal. Hay que saber perder y saber ganar, independientemente de encajar mejor o peor las decisiones. Ahí se demuestra la verdadera estatura de la persona. Los hechos dicen que son sagrados y las opiniones son libres; y yo añado que, dichas con respeto y argumentadas, enriquecen la pluralidad, que es necesaria.  

martes, 27 de marzo de 2012

Condenados a entenderse

El PSOE e IU están condenados a entenderse. Así lo han dicho los ciudadanos en las urnas. Su mensaje es palmario: sean ustedes socios, aliados o como quieran llamarlo, pero entiéndanse por el bien de la estabilidad y de Andalucía. No defrauden. Así que parece que todo indica que habrá que dialogar, negociar, pactar, coaligarse y llegar a una entente política, con los habituales desencuentros y con los lógicos tiras y aflojas. Pero háganlo siempre desde el respeto a la autonomía de cada formación, a los programas electorales y a la suma de esfuerzos, desde posiciones realistas, razonables, sin programas de máximos y sin imposiciones. Siempre desde el sentido común y con acuerdos con luz y taquígrafos, como dice el tópico.

lunes, 26 de marzo de 2012

Elecciones autonómicas en Andalucía: remontada épica o gran oportunidad

***Esta información la escribí a primeros de diciembre de 2011
para el Anuario de la provincia de Jaén***

Las espadas están en todo lo alto para las inminentes elecciones andaluzas. Todas las encuestas han venido marcando tendencia en los últimos meses e indican que el PP va por delante del PSOE en intención de voto. De hecho, el PP ya ha ganado en Andalucía en las pasadas y recientes contiendas electorales: municipales y generales.

Dos grandes aspirantes se disputarán el preciado cargo. Por un lado, Javier Arenas, el presidente del PP en Andalucía, opta por cuarta vez a la presidencia de la Junta de Andalucía. Afronta esta cita con las urnas como su gran oportunidad, confiado en que los efectos de la crisis económica y del incremento del paro podrían pasar factura electoral al partido que sustenta al Gobierno andaluz.

Enfrente está el actual presidente del Gobierno andaluz, que relevó en esta misma legislatura que concluye a Manuel Chaves al frente de la presidencia de la Junta de Andalucía. No obstante, concurre por primera vez a esta decisiva convocatoria electoral como cabeza de cartel del PSOE, por lo que aspira a superar esta reválida y convertirse en jefe del Ejecutivo andaluz durante los próximos cuatro años.

En estas elecciones está en juego ver la influencia real que tendrá la crisis económica y los treinta años de gobierno socialista en el veredicto final que emane de las urnas.  Desde el PSOE se aspira, pese al adverso escenario económico, a conseguir una remontada épica, a vencer a las encuestas y a mantener la hegemonía electoral.

Y también habrá que tener en cuenta los resultados que obtengan los partidos minoritarios (IU, UPyD y el PA) por si fuera necesario su concurso como formaciones bisagras ante posibles pactos o alianzas postelectorales.  En cualquier caso, todo queda supeditado, obviamente, al recuento de los votos en la noche electoral, para la que al cierre de esta edición no había fecha oficial aunque se barajaba como probable el próximo 25 de marzo.

Parlamentarios por Jaén
Y con este escenario preelectoral, la provincia de Jaén concurrirá a las próximas elecciones autonómicas para elegir a sus parlamentarios. De momento se desconoce oficialmente si Jaén perderá un escaño, como se especula en círculos políticos. En el caso de que fuera así se quedaría con once, uno menos que hace cuatro años.   

Hasta este momento el PSOE de Jaén tiene siete parlamentarios frente a los cinco del PP. Los diputados socialistas en el Palacio de las Cinco Llagas de Sevilla son María del Mar Moreno, Francisco Vallejo, Micaela Navarro, Fidel Mesa, Rosa Ríos, Ana Tudela y Ana Cortecero, quien sustituyó a Felipe Sicilia, y éste a su vez a Gaspar Zarrías tras ser nombrado secretario de Estado de Cooperación Territorial. En el PP son parlamentarios Francisco Armijo, Juan Pizarro, Ángela Isac, Amelia Palacios y Trinidad Rus, que sustituyó el pasado mes de diciembre a José Enrique Fernández de Moya tras su elección como senador por Jaén.

Los partidos ultimaban, al cierre de esta publicación, las candidaturas y las líneas maestras de sus programas electorales con las que optarán a estas elecciones, aunque de momento no han hecho público ni tan siquiera los cabezas de lista con los que concurrirán a la gran cita con las urnas en Andalucía. El PSOE tendrá que despejar la incógnita de si volverá a encabezar la candidatura la actual consejera de la Presidencia, María del Mar Moreno, mientras que en el PP hay expectación por conocer quién será el cabeza de cartel que hace cuatro años lideró el hoy alcalde de Jaén.

Un mapa político equilibrado, con IU de árbitro

El mapa político de Jaén y de su provincia ya está conformado para los próximos años. Ya se ha clareado el panorama político y el horizonte electoral. El PP gobierna la capital y el Gobierno de la nación, mientras que el PSOE lo hace en la Diputación y es previsible que mantenga el poder en la Junta de Andalucía, con Izquierda Unida como árbitro y socio. Hay equilibrio en la correlación de fuerzas políticas. Ahora toca trabajar, sin crispación, sin tanto ruido y dando respuesta a los problemas y a las demandas de los ciudadanos, a los que hay que ofrecerles soluciones y aliento.

Será la izquierda

Ya conocemos el veredicto de las urnas. El PSOE ha perdido, pero ha ganado; el PP ha ganado, pero ha perdido, e IU ha ganado doblemente, por lo que ahora la federación de izquierdas tendrá que mojarse, cruzar el río y pasar a la acción para ponerse el mono de trabajo gubernamental. No será, por lo tanto, el PP el que gobierne esta legislatura en Andalucía; será la izquierda, que ha vencido a las encuestas, que obviamente han hecho aguas.

Conocido el mandato de los electores, el mensaje está claro: gobiernen ustedes dos juntos; pónganse de acuerdo; con los pies en el suelo; sin defraudar a los ciudadanos, sabiendo que esta cesión de confianza es para servir al interés general y sin fallarle a los que les han votado, y a ser posible también a los que no lo han hecho. No se les ha dado un cheque en blanco, se les ha otorgado este respaldo para gobernar los próximos cuatro años con responsabilidad y para solucionar problemas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

El PP andaluz y su jefe Arenas tendrán que esperar otra oportunidad. No sé si estará dispuesto a una quinta ocasión o si dejará ya paso a gente nueva. Por oportunidades no será.

En cualquier caso, ahora toca gobernar desde la estabilidad y hacer oposición, siempre desde la responsabilidad, el compromiso adquirido y el sentido común. Andalucía y los andaluces lo agradeceremos. Ah, y de paso no estaría de más que se haga autocrítica de estos resultados, sin marear la perdiz y sin ver la botella electoral medio llena o medio vacía porque unos han perdido, otros han ganado claramente y otros han perdido, aunque a la postre han ganado.  

miércoles, 7 de marzo de 2012

No es una cita electoral más

Empieza la campaña electoral. Los andaluces estamos llamados a votar por tercera vez en el plazo de diez meses. Y no estamos ante una cita electoral más. El próximo viernes se enciende el semáforo y comienza la gran carrera de las urnas que nos llevará hasta la meta del próximo 25-M con dos aspirantes a la victoria.

Finaliza esta larga, a veces tediosa, otras veces crispada y siempre ruidosa precampaña electoral, que cogió temperatura desde la marcha a Madrid de Chaves y desde la elevación a los altares políticos de Griñán.

Desde entonces tengo la sensación de que se vive en la clase política andaluza como en una cierta interinidad a la espera de despejar el horizonte político y de que se claree el panorama. Ya habrá tiempo después para afilar los cuchillos y de ajustar cuentas pendientes, dicho siempre en sentido figurado, en función de los resultados que los partidos políticos obtengan en esta nueva confrontación electoral.

Arenas ya parece acariciar el gobierno en su cuarta intentona a la presidencia de la Junta, según se encargan de remarcar todas las encuestas que marcan tendencia en este sentido. Mientras, el PSOE y Griñán se aferran al “hay partido”, por lo que no descartan gobernar con Izquierda Unida en su primera reválida al frente del proyecto socialista.  

Independientemente del partido y de la opción que finalmente gobierne me gustaría que se mirara más para adelante, que se deje de mirar por el retrovisor, que se piense en los ciudadanos y que se tenga en cuenta eso tan pomposo que llaman altura de miras. No estoy pidiendo que se haga borrón y cuenta nueva. Para nada. Simplemente que el pasado no sirva de coartada para no dar respuestas a los problemas del presente, que no son pocos.

Simplemente que se ponga el foco en los problemas y el altavoz en sus soluciones, en fomentar más una cultura de pacto, en arrimar el hombro, en tirar del carro sin poner palos en las ruedas y en que tanto el gobierno como la oposición hagan los deberes que los ciudadanos les asignen: gobernar o estar en la oposición. Y siempre pensando en que están prestando un voluntario, noble y responsable servicio a la sociedad y en beneficio del interés general. Que no se les olvide nunca. Que no tienen licencia para hacer lo que les venga en gana porque los ciudadanos no les damos un cheque en blanco.

Más allá de los asuntos clásicos de esta larga precampaña, cuyas cantinelas y estribillos de brocha gorda ya conocemos, me gustaría escuchar estos días propuestas, menos ruido, más definición, más concreción, qué ofrecen, qué piensan hacer en cada una de las áreas, no decir Diego para luego hacer digo, sin falsas promesas y sin ofrecer el oro y el moro para contentar a la hinchada. Y desearía que se rebajara tanta crispación política inútil y partidista para que las hojas nos puedan dejar ver con claridad y nitidez el bosque de esta realidad que tanto preocupa a muchas familias, a las que hay que ofrecer aliento y ayuda.


Me conformaría con que los políticos buscaran menos titulares, predicaran menos, repartieran más sentido común, tuvieran más acierto en sus decisiones e hicieron todo lo posible para solventar, o al menos atenuar, los grandes problemas de este país. A todos nos iría bastante mejor. Quizás estoy pidiéndole peras al olmo porque hay mucha sordera política a lo que demanda la gente de a pie. En cualquier caso, la carrera electoral está lanzada. Y las espadas parece que están en todo lo alto. O eso parece.