domingo, 16 de enero de 2011

A pesar de los pesares, ¡viva el periodismo! (II)

¿Y por qué este periodismo cotiza a la baja? Porque entiendo, y es una opinión para abrir una reflexión, que se hace un periodismo muy previsible, con mensajes clonados, muy condescendiente con los poderes; muy dado a destacar por elevación la anécdota; en fin, un periodismo que a veces se queda en la orilla, que muchas veces viene servido en bandeja desde fuera y que parece que está buscando el norte perdido.

El buen periodismo, sin embargo, siempre tendrá futuro. Por eso, hay que volver a pisar otra vez la calle. Ganar la calle. Contrastar más la información, con más fuentes, con más reposo en el mensaje, con más y más plurales flancos de opinión, sin disimuladas hipocresías, sin ambigüedades. Buscar la calidad y la excelencia en la información. Al menos, intentarlo, pues hay que ser conscientes de las limitaciones que tenemos en el día a día, de la falta de tiempo o incluso de incentivos.

Huir de la banalidad. Que la trivialidad y lo escasamente noticiable deje paso a lo sustantivo. Hacer un periodismo que interese a la gran mayoría de los ciudadanos. Buscar la diferenciación, el valor añadido. Informar sin tomar partido. Posicionarse con los valores capitales del verdadero periodismo. Que la tarta publicitaria ni los poderes de turno condicionen, a veces sin complejos, la línea editorial. Eso sería casi rizar el rizo. Pero al menos que no sea la norma, aunque la tentación de control de la información sea inherente al poder; es decir, contar lo que pasa, levante más o menos ampollas, con profesionalidad, con respeto. En lo bueno y en lo malo, con pluralidad; y sabiendo encajar con normalidad las críticas que bien argumentadas, enriquecen sobremanera y hacen más madura y más fuerte a la sociedad.  ¿Es utópico lo que planteo?

Como la esencia del periodismo está más que inventada y es de sobra conocida, lo que hace falta es que los mismos que hacemos periodismo lo hagamos, en la medida de nuestras posibilidades, cada día mejor, con más solvencia, con más credibilidad y pensando siempre en los ciudadanos que nos leen, nos escuchan y nos ven. Sin perder las señas de identidad que sustentan el periodismo. Esa es nuestra responsabilidad. Y a eso nos debemos. Lo demás es ir dejándonos más jirones en el camino que ponen al periodismo en mal lugar y a los periodistas en la picota. Y, obviamente, la sociedad necesita de un periodismo serio, riguroso y escrupuloso con su espíritu. Y a unos periodistas con crédito, con pensamiento crítico y con el rigor como bandera.

Que no se nos olvide que a pesar de los pesares, el buen periodismo siempre tendrá futuro, pervivirá contra viento y marea. Defendamos más y mejor el periodismo, partiendo de un verdadero examen de conciencia de dónde estamos y a dónde queremos ir. Con argumentos de peso. Así ganaremos casi todos. Seamos útiles a la sociedad.

¡Viva el periodismo!

0 comentarios:

Publicar un comentario