martes, 17 de diciembre de 2013

No llueve, noticias positivas tampoco

Llueven pocas noticias positivas

Se acaba el año y sigue sin llover. Llueven pocas noticias positivas en esta provincia en la que sobra confrontación, batallitas y partidismos varios. Necesitamos espacios para sumar, puntos de encuentro y otra mentalidad. Una nueva cultura en la que el conocimiento, el talento y la cooperación tengan el protagonismo que por méritos propios deben de tener en una sociedad avanzada y acorde a los tiempos y al momento que nos ha tocado vivir para derribar esta crisis que crearon unos pocos y que, seis años después, padecemos otros muchos con demasiada virulencia y con no poco ensañamiento.
He dicho muchas veces que se ha enfocado este nuevo tiempo económico con actitudes, comportamientos y recetas muchas veces caducas y trasnochadas si no se primaba la creación de empleo de forma paralela a las restricciones que nos imponen los que nos gobiernan. Se puede y se debe conjugar las políticas expansivas y de incentivos de la economía con los ajustes. Está bien arreglar las cuentas públicas, pero también es una obligación que arreglemos los problemas de las familias, que por cierto no son pocos.  
El recorte por el recorte no es solución. La austeridad por la austeridad es una milonga irresponsable, un cuento chino que nos han vendido para cambiar algunas reglas del juego. Y las recetas que tienden sólo a la subida de impuestos es ahogar el consumo y la inversión de las pequeñas empresas, los autónomos y las familias que verdaderamente conforman y sostienen la economía productiva.  ¡Es de elemental querido Watson!
Más allá de baratos y demagógicos populismos, de posiciones y de debates ideológicos y de magos de la chistera que juegan a poner fecha al fin de ciclo de la recesión, la crisis se acabará antes o después, por eso de que no hay mal que cien años dure. Habrá que analizar entonces, en frío y con el rigor de los datos, de dónde veníamos y dónde estamos; qué hemos ganado y cuánto hemos perdido; cuánto se ha retrocedido o, por el contrario, si hemos avanzado, en el caso de que se haya registrado algún avance.
Y recomiendo que ese análisis, aunque se haga tarde, se haga con sosiego y verdadero examen de conciencia, cada uno en su fuero interno, con honestidad, lejos de posiciones sectarias y partidistas, con juicios y sin prejuicios. Y quizá cuando pongamos negro sobre blanco o blanco sobre negro estaremos incubando una nueva crisis en la que de nuevo habrá unos pocos que volverán a ganar a costa de una mayoría a la que harán que se deje muchos jirones de protección y de bienestar. Y si no me equivoco habrá ricos muy ricos y pobres muy pobres, y en medio una multitud que hará de la necesidad virtud para vivir y sobrevivir.

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