jueves, 17 de noviembre de 2011

Acaba la campaña y el pescado parece estar vendido

Mañana acaba la campaña electoral, y la gran pregunta que la gente se hace es si realmente el pescado está más que vendido y revendido. Depende qué tipo de pescado. El electoral parece que sí, no así el postelectoral.

Si nos atenemos a las encuestas sólo falta por decidir el resultado final de la que dicen que será la gran victoria de Mariano Rajoy, el líder del PP, que a la tercera será la vencida, como le pasó a González y a Aznar. De todas formas, no creo que todo esté ya ventilado. Llega, pues, el cambio, está por ver con qué políticas, con qué actitud y con qué talante para afrontar una de las etapas más difíciles para la sociedad española, que está necesitada de liderazgos, de entendimiento y de altura de miras para salvar esta situación tan extraordinariamente adversa. No sé si habrán tomado buena nota los candidatos a este respecto. Deberían.

Y en Jaén está por ver cómo acabará este largo partido electoral que comenzó con la celebración de las elecciones municipales. Socialistas y populares rivalizan para ver quien obtiene el triunfo electoral que siempre ha conseguido el PSOE, aunque los populares dicen salir a por todas, sabedores de que en los pasados comicios del 22-M se quedaron tan sólo a tres puntos del que es todavía el partido hegemónico en la provincia jiennense. Y, además, la ocasión la pintan calva. Veremos si el PP hace el domingo historia o si el PSOE de Jaén, pese a todo, continúa invicto.

Por lo demás, independiente del partido que gane o que pierda, el lunes comienzan las postelecciones que se presentan muy interesantes desde el punto de vista político e informativo. Y ahí, a partir del día después, hay mucha tela que cortar, mucho que decir, tanto en la formación política que pierda como en la que gane; externa y, sobre todo, internamente. Por que a partir de ahí se va a jugar el gran partido que fijará las reglas del juego de un nuevo escenario político y económico que tendrá un Gobierno con nuevas caras y al principal partido de la oposición intentando hacer lo que su propio nombre indica: oposición. En cualquier caso, ni a uno ni a otro les arriendo las ganancias.

Y a partir de ahí precisamente sí que van a tener sentido el cambio y la pelea. Al tiempo.    

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