miércoles, 4 de mayo de 2011

Ni todo se ha hecho ni todo está por hacer

Me hacen gracia cuando se hacen las valoraciones de las memorias o los informes de gestión, los balances de los equipos de gobierno y los de la oposición. En general, da igual el partido político que sea. Se tira de manual. Hemos cumplido con nota. Nos hemos dejado el pellejo. Hemos hechos los deberes. Una legislatura muy fructífera. Podemos mirar a la cara a los ciudadanos, etcétera, etcétera. El adversario político, obviamente, dice todo lo contrario. Son poco originales la mayoría de las veces. Se curran poco las comparecencias, por lo que la originalidad y el rigor brillan muchas veces por su ausencia. Hay poco valor añadido y, por lo tanto, goza de poca credibilidad lo que se dice en estas puestas en escena, en las que muchas veces se sale por salir.

Sería noticia que cuando el que gobierna reconociera que no está nada satisfecho o que no ha cumplido con gran parte de lo prometido. Igual que sería noticia destacada que la oposición admitiera abiertamente los logros del que gobierna o que no recurra al típico argumentario de que prácticamente no se ha ejecutado nada en la legislatura. Ni lo uno ni lo otro. Más rigor y seriedad.

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