El alcalde electo de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, es un católico practicante, y como tal da las gracias a los santos y a las vírgenes por su incontestable victoria electoral. Y lo agradece con sendas ofrendas de flores a la Virgen de la Capilla y a Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Abuelo” Y, además, anuncia que lo primero que pondrá en su despacho cuando acceda a la Alcaldía será un crucifijo.
Cada uno hace aquello que estima más conveniente en función de sus creencias. Es muy respetable, aunque no se comparta y provoque división de opiniones. Ocurre, sin embargo, que los votos que ha recibido no han sido celestiales, sino terrenales, y son los problemas de esta tierra de Jaén en los que se deberá de centrar en estos próximos cuatro años.
1 comentarios:
Además esas son cuestiones que pertenecen o debían permanecer en el ámbito privado. Hasta la fecha, y sin tomar posesión, demasiados gestos de cara a la galería, que obviamente no solucionan los problemas de la ciudad, ni aportan proyectos de futuro. Un abrazo y salud.
Publicar un comentario