domingo, 3 de abril de 2011

A propósito de Zapatero y los años en los cargos

Ahora que Zapatero ha hecho público que se apea de la primera línea de la política y que renuncia a presentarse por tercera vez a una contienda electoral es un buen momento para reflexionar sobre el fin del ciclo de algunos políticos y sobre los quinquenios que algunos acumulan como trofeos en esto de la cosa pública. Tiempo tendremos de analizar esta histórica decisión de Zapatero, que ahora ha oficializado y ha pasado a limpio, pero que maduró cuando realizó su última crisis de Gobierno.

 
¿Se habrán parado a pensar los que llevan en esto de la política la tira de años que deberían meditar seriamente en dejar paso a otra gente, pero sin el quítate tú para que me ponga yo? Porque aquí, quien dice que se va; se va para quedarse, para siempre. Cualquier relevo y cualquier sucesión hay que hacerla en clave de sumar y para nada debería ser traumática o ficticia. Pero la experiencia y la historia dicen todo lo contrario.

Qué tendrá el poder, su erótica o lo que sea que aquí nadie deja un cargo de forma voluntaria. Aunque hay excepciones que confirman la regla. Soy de los que piensan que no es bueno ni saludable eternizarse en los cargos ni en la poltrona, y menos aún convertirse en un político profesional, en un funcionario de la política. ¡Qué no pasa nada si se deja el coche oficial y si algunos y algunas se bajan de él! Que es bueno andar.

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