miércoles, 16 de marzo de 2011

Ruido y algo más

Hoy no les voy a hablar del “nivelazo”, dicho entre comillas, que tienen nuestros políticos; ni de los tambores preelectorales que ya suenan y resuenan; ni de la subordinación que tiene la clase política a los mercados y a los poderes económicos; ni de la pérdida de parte de las señas de identidad de los medios de comunicación en la actual coyuntura de crisis (menos mal que tenemos las redes sociales y las nuevas tecnologías), ni del galope del desempleo, ni de la falta de respuestas para el que tiene hambre o para el que pasa sed.  

En esta ocasión les voy a hablar del sector del olivar. No quiero echarle agua al aceite, no es plan de aguar este manjar porque pierde sus excelentes propiedades. Pero tampoco le voy a dar la espalda a la crítica realidad por la que atraviesa este sector.

Hoy quiero decirles y pedirles que apoyen y respalden todas las manifestaciones que de manera responsable y con altura de miras convoque el sector del olivar, aunque muchas veces las organizaciones agrarias que representan o dicen representar a cientos de olivareros se enzarcen en estériles debates que desprenden un halo de división interesada y de cierta politización.

Hoy comienzan las movilizaciones y el próximo viernes hay convocada una manifestación para protestar por la crisis de precios en origen del aceite de oliva y para que la Comisión Europea active el mecanismo del almacenamiento privado; que aunque no es la panacea, algo es algo y menos es nada. Algo es más de lo que hay, ¿y luego qué?

Algo hay que hacer además de ruido, porque no es de recibo que esta crisis de precios se haya convertido en estructural. Parece como si estuviera perfectamente calculada. Por eso, ahora toca al menos patalear para que España y Europa se enteren de que así parte del sector no puede sobrevivir. Y si el sector no subsiste de manera digna, la provincia de Jaén se cae de manera inexorable. Además, con las protestas ponemos a Jaén en el mapa y tangencialmente damos a conocer esta problemática y las excelencias de nuestro aceite de oliva. Así hacemos también promoción de nuestro oro líquido.

Pero paralelamente a las manifestaciones, el sector tiene que hacer examen de conciencia, autocrítica, unirse, asociarse para ganar en lo que ahora llaman músculo y tamaño, tener el protagonismo que debería de tener sin hacer dejación de funciones y pasar a la acción. ¿Si el diagnóstico está perfectamente definido por qué no se pasa a la acción?

Reconozco y aplaudo todo lo que se ha avanzado en este sector; pero, también sostengo que ya no valen, o no deberían valer, eludir las responsabilidades o echarle la culpa a otros. El sector no puede estar toda la vida buscando un muñeco y una diana a la que disparar, ni buscarse paraguas para no mojarse, ni ponerse paños calientes en sus heridas.



Dejemos ya las excusas, las coartadas y los dobladillos. Así no vamos a ningún lado. Vamos a cambiar el verlas venir por el partir alguna vez el bacalao del aceite. Soltemos lastres y vamos, no a malvender aceite, sino a venderlo a precios mucho más razonables y por encima de los umbrales de rentabilidad. ¡Vamos, vamos! Que vamos tarde. Aunque nunca es tarde si la dicha es buena. O eso dicen. Pero la experiencia y la historia son tozudas y han demostrado hasta ahora que no es una tarea fácil. ¿Por qué será?

1 comentarios:

Armenteros dijo...

En el ánimo de algunos de los que somos apasionados del olivar y el aceite de oliva, está presente la pasividad que a lo largo de la historia ha caracterizado a lo que se llama sector oleícola jienense. No podemos seguir estando a verlas venir y cuando no vengan buenas enfurecernos discutiendo en las esquinas.

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