A Paco Vallejo lo descabalgaron de la primera línea política cuando a Chaves y a Zarrías les dieron billete para Madrid y cuando aterrizó en Sevilla el griñanismo. El que fuera también alcalde de La Carolina es más gestor que político, aunque ya les gustaría a algunos de los que se dicen políticos con mando en plaza parecérsele y tener algo de su talento.
Vallejo agotó muchas legislaturas en diferentes puestos como consejero andaluz al contar con el apoyo de Zarrías y de Chaves, a quien en muchas quinielas se le daba como su posible sucesor. Por tanto, tiene experiencia, tablas y oficio, pero los años en los cargos no pasan en balde y despiertan muchos recelos y desconfianzas. Y es que no es bueno eternizarse en ellos, ni hacer de la política una profesión.
Paco Vallejo ahora está de parlamentario andaluz raso y de senador en representación de la Comunidad Autónoma. Mientras acaba esta legislatura, medita qué hacer en los próximos años: si dedicarse a la empresa privada o seguir enrolado en esto de la cosa pública, pero ¿en el griñanismo, en el postgriñanismo, en el tardochavismo o en el neochavismo?
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